Agatha

Facilita la aceptación de uno mismo fomentando la autoconfianza, ayuda a mejorar la concentración, la percepción y las habilidades analíticas propias.

Ayuda a superar la negatividad y la amargura del corazón, sana la ira interna y fomenta el amor y el coraje.

Eleva la conciencia y la vincula con la colectiva, anima a la contemplación y a la asimilación de las experiencias de la vida a nivel espiritual.

 

Amatista

La amatista calma la mente y promueve la atención plena, por lo que resulta ideal para los estudiantes en época de exámenes o para los trabajos que exijan gran concentración.

Aleja el insomnio y pesadillas, garantizando sueños agradables, curativos y hasta proféticos. 

Es también llamada la piedra de la paz, por sus elevadas vibraciones calmantes y relajantes.

Cada amatista actúa como una madre protectora con su portador.

 

Amazonita

Es una piedra comunicativa, que ayuda a equilibrar el ying y el yang, aportando claridad.

Posee efectos calmantes sobre el corazón, sobre las mujeres gestantes y sus bebés, es excelente tranquilizante para los nervios.

Permite la expresión creativa, aumenta la comprensión y ayuda a liberar los sentimientos reprimidos. 

En la antigua cultura India representaba el mejor regalo para demostar cariño o amor.

 

Ambar

El ámbar nos conecta con el Sol de todos los tiempos. Al contrario de lo que ocurre con los cristales, el ámbar es cálido al tacto ya que es una resina mineralizada hace millones de años, por eso se dice que tiene el poder del Sol.

Aleja las energías negativas, favorece la meditación y el equilibrio, agudiza los sentidos y corrige los desequilibrios emocionales. Ayuda a dispersar los pensamientos pesimistas.

 

Charoita

Ayuda a soltar y liberar los miedos profundos. Es particularmente útil para soltar la resistencia. Acompaña en la aceptación del momento presente, para poder concientizar y considerarlo perfecto tal y como es.

La charoita te invita a mirar en tu interior estimulando tu intuición espiritual, acompañándote en grandes cambios y procesos. Una piedra de transformación. 

 

Cuarzo Celeste

Refuerza la esperanza, desarrolla la paciencia y favorece la comunicación.

Aumenta nuestra energía, mientras mantiene despierta la mente. Restablece el equilibrio emocional y espiritual. Ayuda a reducir el sentimiento de inseguridad y miedo.

 

Cuarzo Cristal

El cuarzo es un potente agente curativo. Este profundo limpiador del alma elimina las semillas del mal-estar kármico (el malestar que surge de nuestras propias acciones).

Depura el campo emocional y clarifica la mente. Aporta concentración a la mente, liberando recuerdos almacenados.

 

Cuarzo Rosa

Conocida como la "piedra del amor incondicional" , el cuarzo rosa transforma la relación con uno mismo y con los demás, generando amor y armonía.

Nos ayuda a evaluar situaciones de forma objetiva, sin sentirnos abrumados emocionalmente.

Nos enseña sobre amor propio, aceptación a uno mismo, accionando desde el corazón.

 

Granate

Este cristal es de una vibración muy sólida, nos conecta con nuestras propias raíces y refuerza nuestro vínculo con la Madre Tierra. Esto solo ya es suficiente razón para sentirnos mejor plantados sobre nuestros pies.

Símbolo de amor, lealtad y amistad verdadera, juega un papel fundamental en la apertura de todos los canales de energía. 

 

Jaspe abejorro

Una piedra de energía terrestre, energéticamente este mineral cuya vibración expande el entusiasmo y la alegría de vivir, permite aceptar el cambio, encontrar nuevas oportunidades, aumentar la autoestima y valor para la toma de decisiones. 

Es la piedra que simboliza el triunfo sobre lo imposible. 


 

Lapislázuli

El lapislázuli da fuerza a la mente y al cuerpo, protege contra la negatividad y atrae la sabiduría y la verdad.

Enseña el camino de expresión.

Considera al bello y azul lapislázuli como el armonizador de tus pensamientos, para fomentar mensajes de manera positiva y mantener conversaciones (con otras personas o con tus guías superiores) enmarcadas en honestidad y constructiva verdad.


 

Labradorita

Cada vez que expongamos a la luz o al sol, descubriremos en su interior un mundo nuevo, sutil, capaz de trasladarnos en un recorrido desconocido hacia el encuentro con nuestra alma y nuestra misión. 

La labradorita pondrá claridad en nosotros. Desde la oscuridad nos mostrará cómo podemos atravesar esos momentos que nublan nuestra vida y nos llenan de incertidumbre.

Nos invitara a realizar nuestro propio giro para encontrar nuestro mejor color.


 

Ojo de Tigre

Es muy recomendado para personas introvertidas que necesiten fortalecer el carácter y para personas de gran potencialidad creativa, tanto espiritual como intelectual.

Este mineral nos ayuda a equilibrar aquello que seguramente viaja con nosotros desde hace muchas vidas, marcándonos que llegó el momento de dejar la carga. 

 

Onix Cielo

El onix cielo nos enseña a relajar el cuerpo y la mente. Es una piedra relajante, anti stress.

Se dice que alivia emociones pesadas y libera el cuerpo de ataduras. Ayuda en momentos de intensidad o densidad emocional, es buena como acompañamiento en procesos de sanación.

Brinda armonía con uno mismo y con el entorno. Da claridad y amplitud en el pensamiento.

 

Peridoto

El peridoto es una excelente piedra curativa, que sirve como estimulante y tónico suave para los que se sienten débiles.

Nos ayuda a reconocer nuestra valía, respetarnos, contemplar a nuestro ser bajo la mejor luz, en toda su gloria y grandeza.

 

Piedra del Sol 

Como su nombre lo indica, está asociada con este Astro, motivo por el que una de sus misiones principales es iluminarnos y llenarnos de energía.

Brinda alegría y buen humor. Nos ayuda a sentirnos más independientes y autosuficientes. 

Mejora el optimismo y aumenta nuestra autoestima.

 

Rodocrosita

Representa el amor desinteresado y la compasión. Expande la conciencia e integra las energías materiales y espirituales.

Ayuda al corazón a asimilar los sentimientos dolorosos sin cerrarse. Deshace la negación, trayendo suavemente a la superficie los sentimientos dolorosos y reprimidos, disipándolos y liberándolos.

Ayuda a identificar patrones repetitivos, mostrándonos el propósito que está detrás de la experiencia.

Insiste en afrontar la verdad, sobre ti mismo y los demás, sin excusas o evasión pero con conciencia amorosa.